

El amor, y sólo el amor, hace milagros. El reto consiste en identificar en qué faceta de tu vida escasea el amor y estar dispuesta a solucionar la carencia.
Si amas tu cuerpo cuando estás delgada pero lo odias cuando no, pones condiciones al cariño, lo que no es amor en absoluto. Y si no eres capaz de amar tu cuerpo, jamás llegarás a quererte a fondo a ti misma.
Con todo, tal vez te estés preguntando: ¿Cómo puedo amar mi cuerpo si detesto mi aspecto?. Tu cuerpo no te ha hecho nada; se ha limitado a reflejar la cruenta batalla que se libraba en tu mente. Durante esta lección, intentarás perdonar a tu cuerpo por lo que no ha hecho.
Lo que ahora nos importa es hacerte comprender que tu deseo de ser hermos@ constituye un sentimiento natural y legítimo. Mientras que el sobrepeso, te expone a: la vergüenza, a la auto-destrucción, a la incomodidad, al ridículo y a la enfermedad.
Llevas mucho tiempo sin experimentar un amor propio sano, al menos en lo que concierne a tu cuerpo, llevas mucho tiempo librando una cruenta batalla contra ti misma. Ahora, ha llegado el momento de declarar la paz. Si bien una relación sana con el propio cuerpo no se consigue en un instante. Por ahora vamos a declarar una tregua.
Se requiere más de un día para conseguir el maravilloso vínculo con tu cuerpo al que tienes derecho, pero el proceso ha comenzado. Y como sucede con todas las relaciones, debes alimentarla. No sólo con comida sana sino también con amabilidad. Y movimiento. Y amor.
MEDITACIÓN
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